Desierto de Siloli: Quizá no te sientas atraído por su extrema aridez o por la hostilidad de su clima. Es posible que ni siquiera hayas oído hablar de él, no te preocupes, es de esas ocasiones en la que el “todo” está subordinado a “la parte”. La primera es el desierto Siloli, la otra el Árbol de Piedra.
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No es extraño que, sobre todo la gente que no ha visitado el lugar, tenga referencias de la archiconocida y extravagante formación rocosa, el citado Árbol, y no tantas del paraje desértico que lo vigila. Sea como fuere, el recorrido de este artículo versa sobre este desierto y su vástago…
Pero permíteme que antes te ponga en antecedentes, sobre todo aquellos relacionados con su ubicación y sus paraísos vecinos. Se trata de una extensión de extrema aridez situada en el occidente de Bolivia, concretamente en el departamento de Potosí, y con la temible característica de estar a casi 5000 m.s.n.m
UBICACIÓN-MAPA DEL DESIERTO DE SILOLI
Es un lugar de paso casi obligado para el turista que tiene la intención de adentrarse en la Reserva Nacional de la Fauna Andina Eduardo Avaroa, hasta tal punto que el lugar está considerado como la puerta de acceso a la citada Área Protegida.
Teniendo en cuenta que la Reserva es uno de los emplazamientos turísticos más frecuentados por los extranjeros, el desierto Siloli (y por defecto, el Árbol de Piedra) tiene la misma consideración. Además es uno de los puntos de ineludible visita en el marco de los tours que las agencias de turismo ofrecen durante varios días por esta zona del departamento de Potosí y que abarca varios hitos del Salar de Uyuni, así como los más significativos de la Reserva Eduardo Avaroa, como su laguna Colorada o su laguna Verde…
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DESIERTO DE SILOLI, UN TURISMO DIFERENTE
El desierto de Siloli está considerado, junto con el de Atacama, como uno de los más áridos del mundo, acentuado por su altitud, los citados 5.000 metros. Si a la prácticamente inexistente precipitación anual se unen los vientos que con vehemencia golpean la zona, nos encontraremos una estampa estéril y discrepante con nuestro visiteo.
Un territorio inhóspito, pero con el que es necesario pedir audiencia si se está de paso por esta zona de Bolivia.
Pero antes de llevarte a la caprichosa formación geológica que protagoniza el desierto, es necesario admirar la policromía del lugar, con una mirada que se pierda en la infinita extensión y que capte el singular juego de colores que ofrece el cuadro de la zona, con un amplio rango de marrones y ocres.
Es irrefutable que el principal interés de este lugar, que coquetea con la frontera chilena, es el Árbol de Piedra; se trata de una formación rocosa que ha sido cincelada a lo largo de millones de años por los agentes erosivos, principalmente por los fuertes vientos siempre presentes en la región.
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Antojadiza figura geológica en forma de árbol y con una altura superior a los cinco metros, que le da renombre a una zona que no sería lo mismo sin la perenne presencia de este trozo de peña. Para que lo pongas en situación, este monolito de origen volcánico está situado a tan sólo veinte kilómetros de la laguna Colorada, la excelsa filigrana paisajística de la Reserva Eduardo Avaroa.
ÁRBOL DE PIEDRA
El Árbol de Piedra es visitado a cualquier hora del día, por lo que es habitual encontrar en la inspección la presencia de otros turistas disfrutando de este monumento natural, pero no permaneciendo en el lugar más de media hora por sus propias exigencias; será suficiente porque es una vista rara, una de esos lugares extraños del país, pero aislada de cualquier otro contexto natural que permita complementarla con otros hitos de visita.
Aun quedando todas las demás subordinadas a la personalidad del Árbol de Piedra, existen muchas más alineaciones pétreas por el lugar y que, bajo el auspicio de alguna agencia que te esté trasladando en vehículo 4×4, seguramente visitarás, solamente perdiendo unos minutos más; el espectáculo geológico no desmerecerá tu esfuerzo.
Como ves, se trata de una sugerencia concreta, que además está de camino a uno de los mejores entornos naturales del planeta (la Reserva Eduardo Avaroa), un hito de tu ruta que no le robará mucho tiempo a la excursión que tengas planeada y que es, por descontado, de visita obligada, esa que exigen los lugares más bellos y extraños que ofrece el territorio boliviano.
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